PANIFICADORA AMAYA
Elaborando nuestros productos desde 1964
No sabemos hacerlo de otra manera, como lo hemos aprendido de nuestros mayores, de ver como han evolucionado y sobre todo como han ido adaptándose a los tiempos, a las necesidades de nuestros clientes durante todos estos años.
ZUREKIN 1964az GEROZTIK
ANTES DE 1964 / EL CONTEXTO HISTÓRICO Y SOCIAL
La Sakana o Barranca, (una zona de Navarra con tres valles, Araquil, Ergoyena y Burunda y 15 municipios),, es la zona donde varios panaderos, con una estrecha relación se ayudaban cada uno desde su especialidad y realizaban venta ambulante y a domicilio.
Debido a la gran demanda de pan en esa época y en especial la de un producto que salía de un horno de más de 40m. de largo, denominado “pan de horno de cinta”, provoca que comienzen a juntarse y valorar la viabilidad de crear una industria del pan.
Antes de esta época (1964) ya había algún antecedente en navarra sobre alguna panificadora y con esa idea comenzaron a dar forma a PANIFICADORA AMAYA
1964 / PANIFICADORA AMAYA, CREACIÓN DE UNA FÁBRICA
PANIFICADORA AMAYA se convirtió en la tercera panificadora industrial de Navarra, en la que la unión de estos panaderos hizo que la producción creciera de una manera importante.
Fuimos pioneros en la implementación de la tecnología en la automatización de los procesos.
Son años de bonanza en el sector de la Panadería.
1970-1990 EVOLUCIÓN Y CAMBIO.
Son momentos de evolución, de seguir innovando. Felipe Pérez de Villareal, después de 10 años, deja en manos de otros socios la PANIFICADORA AMAYA. El objetivo es afrontar nuevos proyectos pero sin desvincularse de la evolución de la panificadora.
Es un momento de automatización con la introducción de diferente maquinaria. Entabladora retráctil para tableros de horno de cinta y giratorio, cámara de fermentación automática para hacerla coincidir con el cargador del horno cinta, son algunas de las mejoras que junto a un gran avance en la instalación de hornos de aire, hace que se genere un cambio en el consumo de este tipo de pan.
Un pan que se fermenta en una cámara de ladrillo donde se calienta y se le da humedad mediante unos calderos.
Este pan tuvo un éxito increíble y se decide cambiar todo el sistema de producción hasta llegar a convertirse en la conocida como Barra Amaya. El pan que día a día nos da grandes satisfacciones y de la que estamos orgullosos.
1990-2000 / LA PANADERÍA TRADICIONAL CAMBIA
Con ese cambio, se elimina el horno de cinta y se pone especial atención a los procesos de fermentación de hasta 16 horas.
De un sistema automático se vuelve a un proceso más manual, ya que de nuevo se vuelve a entablar a mano. Ahora si acortando los tiempos y aumentado la producción.
Este cambio provoca la apertura de los primeros despachos de pan de Amaya.
Unos despachos donde la masa de pan, que viene de la PANIFICADORA, se fermenta y se cuece.
Otro gran éxito de Amaya
2000-2010 / NUEVAS FORMAS DE HACER PAN.
Como no puede ser de otra manera Amaya, la panadería sigue evolucionando. Se busca realizar pan en menor tiempo y automatizar la producción sin perder el proceso artesanal que nos caracterizaba.
Todos estos cambios provocan la necesidad de crecer, de cambiar, de seguir evolucionando. Es ahora cuando se toma la decisión de trasladarse a unas nuevas instalaciones, las actuales. Una oportunidad para renovar toda la maquinaria, optimizar procesos, ampliar y estabilizar la producción.
2020 / NUEVOS CONCEPTOS, NUEVAS FORMAS DE TRABAJAR, RETOMANDO EL PASADO
Momentos importantes de cambios, físicos y evolutivos.
La larga fermentación con una gran humedad y el horno refractario son el pilar fundamental para Amaya a día de hoy.
Volvemos al origen en el resultado final del producto. Conseguimos un pan como aquel que se hacía 55 años, pero con la tecnología actual.
Tratamiento artesano en la elaboración de la masa, los reposos, largas fermentaciones…
Tenemos la panificadora que hemos querido hacer, una industria que tiene muy presente los procesos artesanales que fueron la base de todo y que nos da como resultado un pan que satisface al consumidor más exigente.
El equipo humano de Amaya Okindegia realiza incansablemente su labor como el primer día, con la misma ilusión.